Un edificio de cuatro pisos y un gazebo en la azotea se desplomó anoche en la calle Mejía Ricart, del ensanche Ozama, por razones hasta el momento desconocidas por las autoridades, que investigaban el hecho.
Se trata de un edificio que iba a ser destinado a viviendas familiares, con tres apartamentos por piso, o sea doce apartamentos y los dos obreros, uno de nacionalidad haitiana y otro dominicano, que al tiempo de trabajar en su construcción pernoctaban allí, dijeron que se salvaron “de milagro”.
Dos obreros, uno haitiano, identificado como Eugenio José Almonte, de 41 años y Máximo Rosario, dominicano de 60, arrinconados en la marquesina de una casa cercana cuyo dueño se dignó a darles albergue ante el desastre que los dejó sin techo, narraron que estaban afuera cenando cuando escucharon el derrumbe que también destruyó parte de la vivienda contigua, aplastando la yipeta que allí estacionaban.
“Tábano sentao afuera cenando, no se dio cuenta de cómo se caía y ya se cayó”, dijo Eugenio José, de nacionalidad haitiana.
Unas horas después y en medio de un intenso aguacero unidades de la Policía Nacional trabajaban en el acordonamiento del edificio desplomado, colocaban cintas amarillas de precaución y riesgo, para evitar que curiosos penetrasen al lugar y arriesgaran sus vidas. Otras unidades de la Empresa Distribuidora de Energía del Este (Edeeste), desconectaban la electricidad de cables del sector para evitar accidentes y riesgos de muerte.
El hecho ocurrió a las ocho de la noche. Aunque los reporteros de este diario hicieron los esfuerzos para localizar a los propietarios de la construcción no fue posible lograrlo.
Mientras el teniente coronel del Cuerpo de Bomberos, de Santo Domingo Este Juan José Jiménez, iniciaron una profunda investigación, para determinar las causas del desplome.